sábado, 15 de septiembre de 2012

Osvaldo Soriano de Catriel Ulises Cuenca


Caminaste por tantos pueblos viejos
Siguiendo a tu pobre progenitor,
Recopilando un recorrido bello
Lleno de vagos recuerdos de amor.

Un encuentro con aquella tristeza
Desgarrada por un mudo final,
El cual se ha expresado silencioso
Para nunca, poder ir a callar.

En Europa intento olvidarlo todo
Llegando así a su profundo exilio,
Con su viejo cigarrillo en la mano
Aceptando no engañarse a si mismo.

Hasta el día de dormir en su nube
Por la causa de su incurable cáncer,
Decidió no ser nunca escritor
Además de ser un lápiz imparable.

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